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Con motivo del Día del Amor y la Amistad, ofrecemos algunas recomendaciones lingüísticas para una mejor redacción de las informaciones relacionadas con este tema.
1) 14 de febrero, en minúscula
De acuerdo con la Ortografía de la lengua española (OLE), en principio, los nombres de los meses deben escribirse con inicial minúscula, salvo que formen parte de alguna expresión que así lo requiera como Revolución de Octubre. Así, lo adecuado sería «Este 14 de febrero estaremos en familia». Como el nombre de otros meses, su plural es regular: eneros, febreros, abriles...
2) Nombre de la festividad, escritura adecuada
Según la OLE, los sustantivos y adjetivos que forman parte del nombre de las festividades, sean civiles, militares o religiosas, se escriben con mayúscula inicial. Así, lo adecuado sería Día del Amor y la Amistad, Día de los Enamorados... Sin embargo, conviene recordar que la palabra día va en minúscula si no forma parte del nombre de la festividad o celebración, como en día de San Valentín.
3) Tratamiento san (Valentín), en minúscula
Los tratamientos deben escribirse con inicial minúscula: san (santo, que se apocopa ante los nombres, menos cuando antecede a Domingo, Tomás, Tomé y Toribio). Sin embargo, lo adecuado es Feliz San Valentín, pues en este caso san forma parte del nombre de una festividad.
4) Cupido y cupido, mayúsculas y minúsculas
Cupido se escribe con inicial mayúscula si alude al dios del amor en la mitología romana; mientras que, si se refiere a la ‘representación pictórica o escultórica del amor’, lo adecuado es cupido, en minúscula. Igualmente, al ‘hombre enamoradizo y galanteador’ se lo denomina cupido.
5) Feliz y deseo, escritura adecuada
Del latín felix, -īcis proviene el vocablo feliz, que se escribe sin tilde por ser agudo terminado en zeta. Además, como feliz es un adjetivo, debe escribirse con minúscula inicial, a no ser que comience un enunciado. Así, lo adecuado sería «Te deseo un feliz Día del Amor y la Amistad». Por otra parte, el sustantivo deseo se escribe siempre con ese, pues proviene del latín desidĭum. Igualmente, por esta razón, el verbo desear se escribe con esa letra. Ej.: «Te deseamos un feliz 14 de febrero».
6) Expareja, mi ex, mis ex, escritura adecuada
El sustantivo ex, que significa ‘persona que ha dejador de ser cónyuge o pareja sentimental de otra’, es común en cuanto al género: el/la ex. Proviene del prefijo ex-, que significa ‘que fue y ha dejado de serlo’. Debe escribirse soldado a la base léxica que afecta mientras esta sea univerbal: exprometido, exnovia, pero ex primera dama, ex primer caballero.
7) Un donjuán, mejor que un don juan
El término donjuán (mejor que don juan, aunque esta forma también es válida) alude al ‘seductor de mujeres’ y hace alusión a don Juan Tenorio, personaje de varias obras de ficción. De ahí ha surgido el término donjuanismo, que se refiere al ‘conjunto de caracteres y cualidades propias de don Juan Tenorio’. También es válido el verbo donjuanear (‘hacer de donjuán’).
Proviene del latín aphrodisiăcus, y este del griego ἀφροδισιακός, aphrodisiakós ‘erótico’, ‘venéreo’. Significa ‘que excita o estimula el apetito sexual’. Afrodisiaco —forma también válida sin tilde— puede ser aplicado a una sustancia que tiene esta propiedad. Según la OLE, la terminación -iaco/-íaca admite dos posibles acentuaciones: austriaco/austríaco, cardiaco/cardíaco.
9) Amigovio se escribe en redonda
La acronimia es un procedimiento de formación de palabras de lo más común en la lengua. Consiste en tomar fragmentos de algunos términos para crear nuevos vocablos, como amigovio, de amigo y novio, constituido por el principio de la primera y el final de la última. Este coloquialismo, usual en Argentina, México, Paraguay y Uruguay, ya lo documenta, desde su vigesimotercera edición, el Diccionario de la lengua española (DLE) con el sentido de ‘persona que mantiene con otra una relación de menor compromiso formal que un noviazgo’.
10) Bromance, término válido
El término bromance, formado por acronimia a partir brother (bróder, ‘amigo íntimo, compañero inseparable’) y romance, alude a la ‘amistad íntima, no sexual, entre hombres’. Esta voz debe escribirse con inicial minúscula por tratarse de un nombre común y sin cursiva, pues se adapta perfectamente a las normas ortográficas de nuestro idioma.
11) Sororidad, término válido
Según el DLE, sororidad proviene del inglés sorority, este del latín medieval sororitas, -atis ‘congregación de monjas’, y este derivado del latín soror, -ōris ‘hermana carnal’. Desde 2018 tiene una entrada en el lexicón académica, en el cual se pueden leer también estas dos acepciones: ‘relación de solidaridad entre las mujeres, especialmente en la lucha por su empoderamiento’ y ‘en los Estados Unidos de América, asociación estudiantil femenina que habitualmente cuenta con una residencia especial’.
12) Cónyuge, escritura y pronunciación
Del latín coniux, -ŭgis proviene el término cónyuge, que es común en cuanto al género: el/la cónyuge. Como señala el Libro de estilo de la lengua española, la pronunciación adecuada de esta palabra es [kónyuje], no ⊗[kónyuge] y, por tanto, es incorrecta la grafía ⊗cónyugue. Su plural es regular: los cónyuges.
13) Maridaje y marinovio, voces válidas
El sustantivo maridaje (‘enlace, unión y conformidad de los casados’) proviene del verbo maridar (del latín maritāre). Este término también alude a ‘unión, analogía o conformidad con que algunas cosas se enlazan o corresponden entre sí’. Como consta en las obras académicas, se documentó por primera vez en el año 1787 en el diccionario de Esteban de Terreros y Pando, y desde 1832 en el Diccionario de la lengua castellana, de la Real Academia Española.
Por otra parte, el cubanismo marinovio —que en Venezuela solo se usa en masculino— en plural puede aludir también, sobre todo en El Salvador, ‘a los novios que viven como marido y mujer’, como así lo documenta el DLE. Según el Diccionario ejemplificado del español de Cuba, marinovio tiene el siguiente significado: «‘con respecto a una persona, otra con quien ella tiene relaciones sexuales extramatrimoniales: ¿Sabe lo que es salir de noche, sin hora para regresar, pasear con el novio o con el marinovio […]? (Prieto, A., 1980:57)».
14) Camelar y celestinear, verbos válidos
Camelar (‘galantear’, ‘seducir, engañar adulando’, ‘amar, querer, desear’, ‘ver, mirar, acechar’) proviene del caló camelar (‘querer, enamorar’), y este del sánscrito kama (‘deseo, amor’). Según consta en el corpus del Nuevo diccionario histórico del español, este vocablo se documenta por primera vez en la primera mitad del siglo XIX. En 1850 ya apareció en la novela La Bruja de Madrid, de Wenceslao Ayguals de Izco, con el mismo significado que le otorgamos hoy: «—Eso ya es otra cosa… Anda, chico, anda a camelar a tu Sirena de quince abriles».
Celestina significa ‘alcahueta’. Esta voz alude a Celestina, personaje de la Tragicomedia de Calisto y Melibea. Como así lo explica el Nuevo diccionario histórico del español, celestinear «se documenta por primera vez, con la acepción de ‘actuar o comportarse como un celestino [con una persona o en una relación amorosa o sexual]’, en 1901, en un artículo publicado en La Lectura Dominical (Madrid); como intransitivo se registra ya en 1903, en La revolución de julio de Benito Pérez Galdós. Con la acepción de ‘inducir, promover o favorecer la prostitución [de alguien]’ se atestigua únicamente en 1920, en un artículo de G. Martínez publicado en España y América (Madrid)». Así, celestinear es ‘ejercer o practicar la función propia de una celestina’.
Una primera entrega de estas recomendaciones se publicó el 14 de febrero de 2021.
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