En los medios de comunicación es frecuente encontrar frases
como «La Inteligencia Artificial salió de los predios de la cibernética para
aplicarse al estudio de proteínas viales para la salud humana», «En tiempos de
alumbramiento de la Inteligencia Artificial, hay que dar al hombre lo que le
corresponde y a la máquina lo que le pertenece» y «¿Se convertirán en un futuro
las IAs en la nueva clase explotada a nivel global?». Foto: Pixabay.
Primeramente, conviene recordar que, de acuerdo con National Geographic, la denominación inteligencia artificial nació en 1956 durante la conferencia de Darmouth de ese año, considerada el germen de la disciplina. Fue acuñada por el informático John McCarthy (1927-2011), merecedor del Premio Turing en 1971 por sus importantes contribuciones en dicho campo.
En el Diccionario académico esta denominación se incorporó en el año 1989 con el siguiente significado: ‘conjunto de técnicas que, mediante el empleo de ordenadores, permite resolver problemas cuya solución corresponde a la inteligencia humana, como son la demostración de teoremas matemáticos, el diagnóstico de enfermedades, y, en general, todas las cuestiones que exigen conocimientos y saberes de expertos’.
Actualmente, de acuerdo con la vigesimotercera edición del Diccionario de la lengua española, inteligencia artificial alude a la ‘disciplina científica que se ocupa de crear programas informáticos que ejecutan operaciones comparables a las que realiza la mente humana, como el aprendizaje y el razonamiento lógico’.
Puesto que es una expresión meramente genérica, lo adecuado es que se escriba inteligencia artificial con inicial minúscula, al igual que el resto de las disciplinas y ramas del conocimiento, salvo que formen parte de un nombre propio, como puede ser, por ejemplo, una asignatura escolar, Asimismo, tampoco necesitarán mayúsculas otras frases como realidad aumentada y realidad virtual.
En español, como sigla ha de usarse IA para referirse a la inteligencia artificial, no AI, como ocurre en inglés (artificial intelligence). Por otra parte, insistimos en que en español las siglas se mantienen invariables en la escritura, es decir, el plural de IA es las IA, no ⊗IA’s ni ⊗IAs, como en ocasiones se observa en los medios de comunicación.
Así, en los ejemplos iniciales lo apropiado hubiese sido escribir «La inteligencia artificial salió de los predios de la cibernética para aplicarse al estudio de proteínas viales para la salud humana», «En tiempos de alumbramiento de la inteligencia artificial, hay que dar al hombre lo que le corresponde y a la máquina lo que le pertenece» y «¿Se convertirán en un futuro las IA en la nueva clase explotada a nivel global?».
Tomado de la revista Juventud Técnica.
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